Un amigo visita a otro:
- ¡No me puedo creer que no seas capaz de llevar los pantalones en tu casa!
- Mira, en mi casa mando yo. Así que cuando digo 'tengo hambre', me sirven la comida; y cuando digo 'traedme el agua caliente', me la traen.
- ¡Qué suerte tienes! Por cierto...¿para qué quieres agua caliente?
- ¡No me digas que tú lavas los platos con aguda fría!
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