Un hombre acude al ambulatorio:
- Doctor, tengo un problema. Estoy seguro de que mi mujer me engaña con otro y no me crecen los cuernos. ¿Es grave?
- ¡Lo de los cuernos es un decir! Realmente no crecen los cuernos, no se preocupe usted por eso.
- ¡Ay, qué alivio, doctor! Yo creía que me faltaba calcio o alguna vitamina y por eso no me crecían.
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